En las Sierras de Genalguacil, entre montañas y praderas, se escucha el sonido de las bestias cargadas de leña y mercaderías. Son los arrieros de Genalguacil, hombres valientes y laboriosos, que llevan sobre sus mulas el sustento de los pueblos cercanos. Con paso firme y constante, recorren senderos escarpados, atravesando arroyos y barrancos, en su misión de llevar a cabo el encargo. El sol calienta sus rostros curtidos, el viento agita sus sombreros, mientras las mulas van avanzando entre los campos y los huertos. Son los arrieros de Genalguacil, personajes de un tiempo pasado, que mantienen viva la historia de un pueblo noble y trabajador. Que su labor sea recordada, como ejemplo de sacrificio y honor, y que su memoria perdure en los corazones de los que hoy son. |
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