En Genalguacil, antiguamente, no había escuela en cada esquina, pero había maestros en los campos , que llevaban la educación a cada vecina y vecino. Eran maestros que vivian en los campos, con su sabiduría y conocimiento, enseñando a leer, escribir y sumar, a los niños que ansiosos, aprendían. Los maestros que vivian en el campo, con su maletín lleno de libros y materiales, compartieron sus conocimientos y habilidades, en los hogares, en las tardes soleadas. En las casas los vecinos se reunían, y en una silla, bajo la sombra de un árbol, los niños aprendieron con alegría y dedicación, y los maestros les enseñaron con paciencia y amor. Los niños escribieron en papeles y libros, y el maestro corregía con amabilidad, y en cada número y letra, había un tesoro, que los niños guardaban con orgullo y realidad. Los maestros de los campos de Genalguacil, eran héroes de la educación popular, que llevaron la enseñanza a cada rincón, y enseñaron a muchos a leer, escribir y sumar. Hoy en día, la educación es un derecho, que todos debemos defender con ahínco, y recordar a aquellos maestros de los campos, que con su sabiduría, cambiaron la historia de Genalguacil. |
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